Desde inicios de año más de uno presumía que esta sería la final y, al momento del sorteo de la Etapa Nacional, esto tomó mayor fuerza. UTC, el gran candidato del norte, y Alfonso Ugarte, por el sur del país, tenían que resolver una de las finales más parejas y esperadas de los últimos tiempos en el «fútbol macho». En la ida, los de Cajamarca hicieron prevalecer su localía y el triunfo por 2-0 le otorgó una ventaja necesaria -que no era decisiva- para viajar con tranquilidad a Puno. Y está tarde, el ‘Gavilán Norteño’ supo manejar el juego, marcó en el momento preciso cuando Alfonso Ugarte estaba mejor, aprovechó la superioridad numérica y, jugando con la presión del local, anotó el segundo gol antes del final de la primera mitad.
Pese a darle vuelta al marcador en la complementaria, Alfonso Ugarte no logró la hazaña pero hizo respetar su predio. El resultado, más allá del lado estadístico, no borrará la desazón de los hinchas puneños que una vez más vieron esfumarse ante sus ojos el retorno a la máxima categoría. De esta manera, UTC celebró en patio ajeno su arribó a Primera División tras apretar los dientes por larguísimos 19 años de angustia y, de paso, obtuvieron una nueva consagración en la Copa Perú.
Harold Quiroz, el ‘21’ del cuadro cajamarquino, fue la figura del campeón en el choque de vuelta. Los remates de larga distancia de Moisés Condori y Luis Salhuana -todos con peligro- fueron desactivados en más de una ocasión por el meta visitante.
La solvencia que brindó en el fondo crema fue vital y piedra base en la generación de los contragolpes que pudieron liquidar el juego a favor del ‘Gavilán’.
Cuando el reloj marcaba los primeros 10', Alfonso Ugarte mandaba en el terreno de juego. Logró arrinconar a UTC, y había logrado llegar en cuatro ocasiones al arco de Harold Quiroz con relativo peligro. Sin embargo, los de Cajamarca supieron aprovechar una pelota parada para abrir la cuenta: sobre los 11', Luis Cordero ejecutó un tiro libre y ubicó a Ricardo Ronceros en el cajón chico, que con un certero cabezazo venció la resistencia de Sucuitana, silenciado así el ‘Coloso de Piedra’. Tras ello, el libreto volvió a ser el mismo: Ugarte intentó vulnerar la valla de Quiroz, pero este se encontraba muy seguro en el fondo. UTC apeló de manera inteligente a la contra -sobre el final del primer tiempo- y prácticamente sentenció la llave. A los 42', un arranque de Luis Cordero finalizó en el tanto de Renzo Guevara. Esta segunda anotación forzó a los puneños a marcar cinco tantos en el complemento, tarea díficil que los albirrojos no pudieron culminar.
La misión de convertir cinco goles en el complemento indicaban marcar un gol cada nueve minutos y evitar que UTC vulnere una vez más a Sucuitana. Sobre los 89', el marcador era de 3-2 a favor de Alfonso Ugarte, que solo requería dos tantos para soñar con el ascenso a Primera División. No obstante, Nelson Roque, con golpe de cabeza, remeció el travesaño y su equipo desperdició la ocasión de marcar el cuarto gol a falta de un minuto para el final.
Como siempre se dice, la Copa Perú es el torneo más impredecible del mundo. ¿Qué habría pasado si llegaba el cuarto gol puneño? Todo habría quedado en el campo de la especulación. Eso sí, para suerte de los cajamarquinos el tiro solo se estrelló en el palo.
Harold Quiroz fue figura y siempre estuvo atento en el fondo crema ante cualquier bombazo de Condori y Salhuana. La acción de mayor peligro se suscitó a los 30'. Tras un remate complicado de Salhuana, Quiroz no logró atenazar el balón en un tiempo y tuvo que enviarlo al tiro de esquina, ante el asombro de todos los asistentes al Torres Belón, que seguían estupefactos ante el buen rendimiento del ‘21’ cajamarquino.
Pese a la lluvia del día anterior y la madrugada dominical, el público puneño pernoctó en las afueras del Torres Belón solo por ver un triunfo de Alfonso Ugarte que podía devolverlo a la máxima categoría. De más está decir que, a falta de dos horas para el inicio del juego, se vislumbraba un lleno total en el coloso pétreo, pero al finalizar los 45' y ante el marcador adverso, el público embargado por la desilusión terminó retirándose del estadio. En el complemento, el público jugó un papel preponderante animando a su equipo a revertir la cuenta e ir por más, pero el tiempo jugó en su contra. Al final, las celebraciones de UTC se vieron empañadas por el clásico y repudiable lanzamiento de objetos contundentes al terreno de juego (botellas con orina y frutas), los gritos desafiantes y demás improperios en contra del fútbol que terminan siendo censurables, dejando mucho que desear en un público futbolero por naturaleza.
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