En el Alberto Gallardo, Cristal logró su primera victoria en la Libertadores: fue un categórico 2-0, suficiente para sentenciar a un desentonado Tigre, que vino con pocas de sus estrellas a intentar de aguantar el partido con un esquema muy defensivo.
Carlos Lobatón supo imprimir toda su experiencia en partidos internacionales jugados con la selección; se dedicó a marcar y crear desde la volante teniendo un buen trabajo e incluso sumándose al ataque cuando le era posible.
Se volvió el protagonista del mediocampo y hasta anotó el segundo gol de los rimenses, empalmando una volea tras un despeje del rival y haciendo estallar la alegría en las tribunas.
Tigre estuvo muy ordenado con dos líneas de cuatro bien plantadas, ocupó bien los espacios y no dejó producir al equipo cervecero, que tuvo la posesión del balón pero no profundizó mucho con llegadas al área.
A los 28’, Juniors Ross fue derribado por Javier Malagueño cerca del área e inmediatamente Renzo Sheput tomó el balón para convertir el primero. Esto abrió a la zaga visitante, que ya no respondió igual el resto del partido.
Renzo Sheput sacó el pincel para dibujarnos una ‘pinturita’ de tiro libre, clavándola con esa zurda milagrosa en un lado del portero Damían Albil, que no hizo más que quedarse inmóvil ante tan buen disparo y aceptar su derrota.
A los 85’, Joazinho Arroé inició una trepada veloz por izquierda, casi desde el mediocampo, desairando a varios jugadores de Tigre para finalmente llegar al área exigido y lograr rematar. Albil salvó milagrosamente y el rebote cayó a los pies de Marcio Valverde, quien picó el balón y, para su mala suerte, chocó contra el poste para fallar el que hubiese sido un gol de gran factura.
A nadie le quedó duda que, tanto Sheput como Lobatón jugaron a gran nivel. No obstante, ambos fueron estratégicamente sustituidos en la fracción complementaria por Calcaterra y Arroé, y con ellos en el terreno de juego el equipo celeste ganó profundidad y también vértigo.
Demás está recordar la gran corrida que se mandó el ex Alianza y que por mala puntería de Ávila se desechó la opción del 3-0.
Antes de iniciar el partido, Roberto Mosquera fue entrevistado por los periodistas de una cadena televisiva y preguntado acerca de a qué apostaba su equipo en la Libertadores. El ‘profe’ dijo que Cristal buscaba la “internacionalización del fútbol peruano”; es decir, que los equipos rivales respeten a un equipo peruano cada vez que este juegue en algún certamen internacional y represente al país. Buena respuesta y buena apuesta.
La hinchada celeste se hizo sentir en el Alberto Gallardo para alentar a su equipo; con un lleno casi total apoyaron incansablemente y fueron pacientes para cantar el primer gol que parecía no llegar nunca. También fue notable la presencia de la gente en las tribunas, detalle que le dio alegría y sabor al espectáculo.